¿Qué es el estrés?
El estrés es la respuesta del cuerpo a condiciones externas que perturban el equilibrio emocional de la persona. Podemos entenderlo como una sobrecarga para el individuo, que depende tanto de las demandas de la situación como de los recursos con los que cuenta el individuo para afrontar dicha situación.
El estrés no se puede considerar en principio como una enfermedad sino como la respuesta, tanto física como mental, a las adaptaciones y ajustes del ser humano a los diversos acontecimientos vitales.
Cualquier suceso que genere una respuesta emocional, puede causar estrés; esto incluye tanto situaciones positivas (el nacimiento de un hijo) como negativas (pérdida de empleo). El estrés es siempre una respuesta de carácter fisiológico; ante un agente estresor, externo o interno, se produce una segregación de hormonas que producirán cambios a distancia en diversas partes del organismo.
Este fenómeno es un particular mecanismo de defensa que puede transformarse en un medio de autodestrucción, si permitimos que nos sobrepase y no lo manejamos de forma eficaz.
¿Por qué nos estresamos?
Se tiende a creer que el estrés es consecuencia de situaciones externas a nosotros, pero en realidad se trata de un proceso en el que interaccionan las circunstancias del entorno y nuestras respuestas cognitivas, emocionales y físicas. Es decir, que suele ser nuestra interpretación lo que potencia una reacción negativa de estrés, más que la situación a la que nos enfrentamos.
Podemos dividir en clases las causas del estrés:
- Fisiológicas: en ocasiones las enfermedades del cuerpo aumentan la tensión interior de la persona produciendo una reacción negativa en el campo emocional.
- Psicológicas: crisis vitales por acontecimientos importantes, relaciones personales conflictivas, condiciones laborales frustrantes, etc.
- Sociales: cambios sociales inevitables que suponen nuevas metas a alcanzar.
Sin embargo, esto sólo nos proporcionará una idea aproximada, ya que es la combinación de agentes de diversa procedencia lo que acaba provocando respuestas excesivas. Cualquier clasificación es incompleta ya que todas las posibles causas interactúan entre sí produciendo otra combinación causal que también deberíamos incluir y así hasta el infinito.
¿Cómo se manifiesta el estrés?
El estrés se puede manifestar a través de:
- Emociones/Pensamientos: ansiedad, carácter irritable, inestabilidad del ánimo, dificultad para concentrarse, excesiva autocrítica, olvidos.
- Conductas: reacciones impulsivas, trato brusco a los demás, aumento del consumo de tabaco o alcohol, aumento o disminución del apetito.
- Síntomas físicos: manos frías o sudorosas, molestias de espalda o cuello, alteraciones del sueño, dolor de cabeza, fatiga, problemas digestivos.
¿Cómo podemos prevenir el estrés?
No podemos vivir sin estrés, pero afortunadamente hay medios de poder hacerle frente y vivir con mayor serenidad. Estas estrategias pueden ayudarte:
- Incorpora alguna práctica relajante. Busca actividades para renovarte física y psicológicamente: descanso, actividades de ocio, técnicas de relajación, actividades físicas como andar o nadar.
- Cuida tu alimentación. Mantén una dieta saludable y evita el abuso de cafeína y alcohol.
- Distingue entre lo que ‘puedes hacer’ y lo que ‘no puedes hacer’; todos tenemos límites.
- Prioriza tus actividades para poder gestionar tu tiempo de forma más eficaz.
- Aprende a contar lo que te pasa.
- Date permiso para decir ‘no’ y para sentir lo que sientes.
- Proponte metas realistas y realizables.
- Procura un equilibrio entre las obligaciones y los placeres.
- Refuérzate cuando consigas alcanzar un objetivo.
- Si quieres realizar cambios, es mejor empezar por aquellos que sean más pequeños. Recuerda que es más fácil añadir nuevas conductas que eliminar antiguas.
- Descubre y expresa tus sentimientos: expresa lo que sientes sin hacer daño a los demás.
Cristina Sánchez Ceballos.
Psicóloga
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