Se denomina anosmia a la pérdida total del olfato. Este sentido alude a la capacidad de percibir olores. Cuando la reducción de dicha capacidad no es absoluta, sino parcial, se habla de hiposmia (término que no es reconocido por la Real Academia Española en su diccionario).
Se estima que el 80 por ciento de las personas con COVID-19 presentan alteraciones del olfato, y que muchas también tienen disgeusia o ageusia (alteración o pérdida del gusto, respectivamente), o cambios en la quimioestesia (la capacidad para percibir las sustancias irritantes, como las guindillas). La pérdida del olfato es tan frecuente en las personas con COVID-19 que algunos investigadores han recomendado utilizarla como prueba diagnóstica, ya que podría ser un marcador más fiable que la fiebre u otros síntomas.
LA ANOSMIA COMO SÍNTOMA TEMPRANO EN PACIENTES CON COVID-19
Desde el conocimiento de la aparición de un brote a mediados del mes de diciembre del 2019 por el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) en la ciudad de Wuhan, China, se vienen desarrollando estudios epidemiológicos y clínicos para definir bien la sintomatología de la enfermedad por el coronavirus 2019 (COVID-19), sin embargo, dentro de algunos reportes nada despreciables, se viene informando que uno de los síntomas iniciales de la enfermedad también podrían ser las alteraciones del olfato y del gusto (30 y 60% en las series coreana y alemana, respectivamente)(1).
COVID-19 produce comúnmente fiebre, tos seca y dificultad respiratoria, pero algunas publicaciones también reportan casos sobre alteraciones en el sentido del gusto y del olfato, asimismo, en un informe presentado por la Sociedad de Rinología Británica, detalla que existe buena evidencia de países como Corea del Sur, China e Italia, donde un número significativo de pacientes con infección positiva por COVID-19 han desarrollado la pérdida del sentido del olfato (anosmia) y una reducción parcial de la misma (hiposmia), como en Alemania, que 2 de cada 3 casos confirmados por COVID-19 tienen anosmia(1).
En un Hospital de Milán, Italia, en un estudio sobre los trastornos olfativos y del gusto desarrollados en pacientes hospitalizados con COVID-19, se informó que de los 59 pacientes entrevistados, el 33,9% informó tener al menos un trastorno del gusto o del olfato y el 18,6% ambas alteraciones(2). Por ello no hay que subestimar las medidas sumadas a la toma del control de la temperatura que vienen adoptando algunos países como Corea de Sur, país que está sobrellevando la pandemia de forma ejemplar, en donde la detección temprana de pacientes con probable infección por COVID-19 también se hace mediante la prueba del ácido acético (vinagre), el cual consiste en que la persona detecte el olor de esta sustancia, si la misma no lo reconoce o existe alguna dificultad, entonces se le pide ingresar en una zona de aislamiento y seguimiento para el descarte de COVID-19(3).
En un reporte de casos se encontró que algunas personas manifestaban anosmia de forma repentina, aislada y sin congestión nasal, y que días posteriores resultaban positivas para COVID-19, incluso se evidenció en google trends que para finales de febrero del 2020 la tendencia de búsqueda de “anosmia” empezó a incrementarse en países como Italia, Reino Unido y Estados Unidos, lo cual va dando evidencia de su asociación con el incremento de casos de COVID-19 en estos países(4).
El mecanismo fisiopatológico por el cual la COVID-19 se asocia a las alteraciones del gusto y del olfato aún no son claras, pero existe evidencia en el cual se ha informado que el cerebro expresa receptores de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE 2), receptores dianas del SARS-CoV-2, que se encuentran sobre células gliales y neuronales, lo que los convierte en un objetivo potencial de COVID-19, pudiendo causar daño y muerte neuronal, recorriendo desde las neuronas periféricas a través de la lámina cribosa hasta el bulbo olfatorio(6). De allí la importancia, que para la confirmación de la infección por SARS-CoV-2 mediante las pruebas moleculares se necesite muestras de hisopado nasal y faríngeo, lo que suma fuertemente que existe una alta carga viral en estas zonas. Por lo tanto, se recomienda tomar en cuenta y considerar estos síntomas (anosmia e hiposmia) dentro de la ficha de investigación clínico epidemiológica del Ministerio de Salud del Perú, como parte del diagnóstico para la detección temprana de la enfermedad, ya que reconocerlo de forma precoz, incluso en el primer nivel de atención, sería muy beneficioso, a su vez, también está claro que es necesario ampliar estudios y obtener más datos sobre pruebas olfativas y gustativas en pacientes confirmados por COVID-19 en el país, para proporcionar y ampliar así una mayor información científica, con el objetivo de detectar tempranamente a los pacientes asintomáticos con probable infección por el SARS-CoV-2 y de esta forma prevenir su propagación.
1 Universidad Privada San Juan Bautista, Ica-Perú.
2 Asociación de Investigación y Ciencia de los estudiantes de Medicina (ASICEM).
3 Departamento de Neurología, Hospital Regional de Ica, Ica-Perú.
a Estudiante de Medicina.
b Médico Especialista en Neurología.
Alex Huamán-Navarro, Juliana Aparcana-Machado. La anosmia como síntoma temprano en pacientes con COVID-19. Rev. Fac.
Med. Hum. Julio 2020; 20(3):532-533. DOI 10.25176/RFMH.v20i3.2949
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